Alguna que otra vez hemos hablado de la virtualización, es decir, la ejecución de múltiples instancias (máquinas) bajo un mismo hardware, y alguna implementación en software libre, como PROXMOX VE. Siempre lo hemos analizado desde un punto de vista económico, es decir, con una óptica que pone el foco en la facilidad de gestión o en un mejor aprovechamiento de los recursos hardware, que normalmente estaban infrautilizados; sin embargo, además de un punto de vista económico, podemos darle un enfoque algo más práctico y, desde una perspectiva mucho más técnica, podemos ver algunos detalles que hacen muy interesante la virtualización de nuestro centro de datos.

Estos serían los cinco motivos por los que creo que la virtualización es algo a tener en cuenta dentro de las organizaciones. Cinco pinceladas que vienen a expresar los motivos por los que pienso que la virtualización es una tecnología fundamental dentro de la gestión de los recursos IT de una empresa.

Bueno, comencemos.

Ahorro energético

Uno de los puntos de partida de la virtualización es la aprovechar al máximo los recursos disponibles en el centro de datos, es decir, que en vez de adquirir nuevos activos, utilizamos la infraestructura ya existente (o a lo sumo, adquirimos pequeñas ampliaciones como memoria RAM, capacidad de procesamiento o almacenamiento), maximizando la ocupación de recursos y, por tanto, haciéndola trabajar a máximo rendimiento, en definitiva, sacándole el máximo rendimiento a la inversión.

Para empezar, ya obtenemos un ahorro interesante al no tener que adquirir nuevos activos y, por consiguiente, estaremos ahorrando en energía porque no tendremos nuevos equipos que estén elevando nuestro consumo eléctrico. Pero, además, existe otro factor de ahorro derivado de esta medida: la climatización. ¿Por qué? Porque al no introducir nuevos equipos, que no van a consumir, tampoco van a generar calor y, por tanto, nuestro sistema de enfriamiento del centro de datos no va tener que generar más frío para contrarrestarlo.

Precisamente, por estos dos factores, se considera la virtualización como uno de los pilares básicos de la llamada informática verde.

Facilidad para realizar backups

Casi todas las soluciones disponibles, con las que podemos virtualizar nuestros servidores, incluyen la opción de sacar snapshots de cada una de las máquinas virtuales, es decir, la posibilidad de sacar una foto completa del estado del sistema. Gracias a esta función, podemos obtener backups completos de nuestros sistemas que podemos restaurar en otras máquinas o, por ejemplo, utilizarlos como puntos de restauración en el caso que un servicio deje de funcionar tras una intervención.

Rápida recuperación ante fallos y desastres

Uno de los aspectos que más me gustan de la virtualización es la capacidad de recuperación ante un desastre, es decir, su contribución a garantizar la continuidad de una empresa. Ya hemos comentado la posibilidad de realizar snapshots de nuestros sistemas, que nos permiten obtener, de una manera rápida y sencilla, clones de cada una de nuestras máquinas virtuales.

Pues bien, si, por ejemplo, uno de nuestros servidores sufre una avería, podemos restaurar, rápidamente, el último snapshot que tengamos en otro servidor, por ejemplo, en uno que no esté muy cargado, balanceando así el servicio y, por tanto, recuperándolo en un corto espacio de tiempo.

Esta capacidad para garantizar la continuidad de los servicios es algo fundamental en las empresas que, por ejemplo, clonan su infraestructura de producción en algún servicio externo, a modo de respaldo, de modo que puedan volver a su actividad en muy poco tiempo, en el caso de un desastre, simplemente, levantando las réplicas virtuales. Por ejemplo, Amazon EC2 ofrece un asistente que facilita la portabilidad de una máquina virtual en Windows 2008 server a su infraestructura.

Flexibilidad

La posibilidad de aprovechar al máximo las infraestructuras nos abre la puerta a todo un mundo de posibles configuraciones y posibilidades a la hora de alojar máquinas virtuales en máquinas físicas. La gran mayoría de entornos de virtualización incluyen la facilidad de migrar en caliente máquinas virtuales entre máquinas físicas, es decir, mover una máquina virtual desde una máquina física a otra sin pérdida del servicio, por ejemplo, para poder realizar tareas de mantenimiento o, por ejemplo, dotar de mayor cantidad de recursos a otra instancia que está activa.

Gracias a esta tecnología, los administradores de sistemas pueden ajustar, en todo momento, el uso de la infraestructura y adaptarla a la demanda, a nuevas peticiones o a incidencias que ocurran. Por ejemplo, ante un pico de demanda en una web podría responderse mediante la adición de nuevos frontales, aplicando un balanceo entre ellos, simplemente con la replicación de éstos como nuevas máquinas virtuales. En el fondo, y como consecuencia de esta esta flexibilidad, las empresas están generando,casi sin saberlo, sus propias nubes privadas.

Ideal para entornos de pruebas y pre-producción

Uno de los motivos por el que empezamos en mi empresa a trabajar con la virtualización fue, precisamente, la gestión de entornos de pruebas y pre-producción. Nos encontrábamos en un punto en el que, para cada proyecto que manteníamos, se adquirían los servidores correspondientes a la infraestructura de producción y, luego, uno más para replicar el entorno para pre-producción o pruebas. Estos servidores siempre estaban infrautilizados pero, para garantizar la réplica exacta del entorno, no se compartían con otros proyectos, lo cual no era nada eficiente.

Así fue como empezamos con la virtualización, compartiendo las infraestructuras de los entornos de pre-producción, formando un clúster, sobre el que fuimos desplegando máquinas virtuales para cada uno de estos entornos. Ahora, cada vez que necesitamos realizar pruebas o, por ejemplo, desplegar, un nuevo entorno de pre-producción, tan sólo tenemos que crear una nueva máquina virtual a partir de alguna de las plantillas, templates, que hemos ido acumulando en nuestra biblioteca.