Cuba dispondrĂ¡ de un cable submarino de fibra Ă³ptica en julio prĂ³ximo que multiplicarĂ¡ por tres mil su capacidad actual de salida internacional, pero carencias tecnolĂ³gicas y financieras le impedirĂ¡n a corto plazo contar con Internet masiva, informĂ³ PL.
El despliegue de la conectividad no se resuelve de un dĂa para otro porque cuesta mucho dinero y se necesitan otras inversiones, expresĂ³ a reporteros recientemente el viceministro primero de la InformĂ¡tica y las Comunicaciones (MIC), RamĂ³n Linares.
Ante esa situaciĂ³n, añadiĂ³, nuestra prioridad es continuar la creaciĂ³n de centros colectivos de acceso a Internet, ademĂ¡s de potenciar las conexiones en centros de investigaciĂ³n cientĂfica, educacionales y sanitarios del paĂs de 11 millones de habitantes.
La obra enlazarĂ¡ Cuba con Jamaica y Venezuela, y su tendido a cargo de la empresa franco-china Alcatel Shanghai Bell se iniciarĂ¡ a finales de enero prĂ³ximo despuĂ©s que se realizaron los correspondientes estudios en aguas internacionales y de los tres paĂses.
Todo el que tenga un telĂ©fono debe tener como polĂtica derecho a una conexiĂ³n, afirmĂ³ Linares para quien la baja densidad telefĂ³nica es todavĂa uno de los impedimentos materiales para el despliegue de la red de redes.
Existen condiciones de tipo tĂ©cnico y financiero internas que hay que resolver antes de brindar servicios de Internet, asegurĂ³ el viceministro del MIC Boris Moreno.
A un costo de 70 millones de dĂ³lares y cubriendo una distancia de mil 600 kilĂ³metros, el cable permitirĂ¡ superar los obstĂ¡culos que la hostilidad de Estados Unidos le impiden a Cuba sumarse a otros como el CancĂºn-Miami, que pasa a 32 kilĂ³metros del MalecĂ³n de La Habana.
La colocaciĂ³n comenzarĂ¡ en unos dĂas por La Guaira, cerca del aeropuerto internacional de MaiquetĂa en Venezuela, llegarĂ¡ a la playa de Siboney, en Santiago de Cuba, y luego partirĂ¡ hacia Ocho RĂos, en Jamaica, a donde debe llegar en la primera decena de febrero.
Tras los estudios correspondientes se decidiĂ³ que en zonas como la fosa de Bartlett, con desniveles de unos seis mil metros, la fibra Ă³ptica lleve un revestimiento especial con cuerdas de acero que le confieran mayor resistencia a las presiones y corrientes oceĂ¡nicas.
Esa cubierta tambiĂ©n lo protegerĂ¡ de posibles ataques de animales, los que atraĂdos por los campos electromagnĂ©ticos han provocado serias averĂas en otras latitudes.
La conexiĂ³n tendrĂ¡ una vida Ăºtil de 25 años y la inversiĂ³n se recuperarĂ¡ en plazos adecuados, afirmĂ³ recientemente Waldo Reboredo, vicepresidente de Telecomunicaciones Gran Caribe, la empresa cubano-venezolana que la operarĂ¡ tĂ©cnica y comercialmente.
Una vez en operaciones, el cable submarino con sus 640 gigabytes de salida le permitirĂ¡ a La Habana multiplicar por tres mil veces la velocidad actual de transmisiĂ³n de datos, imĂ¡genes y voz, destacĂ³ Reboredo.
La entrada en operaciones del cable no supondrĂ¡ para Cuba el cese de los servicios de Internet mediante satĂ©lite, hasta ahora la Ăºnica conexiĂ³n permitida por la polĂtica anticubana de la Casa Blanca.
Sin embargo, significarĂ¡ un abaratamiento en 25 por ciento de los costos de operaciĂ³n satelitales que actualmente permiten una velocidad de 209 megabits por segundo de salida y de 379 megabits por segundo de entrada. (JUVENTUD REBELDE)
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